BLOG COMPLEMENTARIO

12 jul 2015

3202.- ACTITUDES Y PERSONALIDADES RESILIENTES




Estas imágenes que encabezan el capítulo, son tradicionales en el ámbito formativo sobre el tema de la resiliencia, e indicativas de la “capacidad de superación frente a cualquier obstáculo que se nos ponga en el camino”

Pero la resiliencia es algo más que “mera superación” de obstáculos y dificultades. La resiliencia es una capacitación para ver y afrontar la vida desde una perspectiva diferente, y, en este capítulo, vamos a ir viendo algunas de las características más relevantes de esa capacidad, o personalidad resiliente.


La primera gran diferencia de la resiliencia frente al “afrontamiento” básico, o “de frente”, es el ser capaces de variar nuestra perspectiva de afrontamiento.

Por ejemplo, si preguntásemos a cualquier  “joven” como se superan las vallas de atletismo, la inmensa mayoría nos dirían que saltando por encima de ellas.  


Y si les preguntamos si podrían saltarla quizás muchos de ellos nos responderían: “No, yo no puedo”


Pero si no “preguntamos”  a alguien “educado” para una determinada respuesta lógica (en nuestro mundo competitivo y de esfuerzo), sino que simplemente “observamos” lo que puede hacer un ser humano “espontáneo y natural” como un niño, quizás nos demos cuenta que hay otra forma de superar esas vallas



Y, una personalidad resiliente no se siente “forzado” a ver, a focalizar, a reaccionar desde la única perspectiva de “lo normal”.

Completemos esta visión con otras dos imágenes

Supongamos que queremos llegar al pico más alto de un determinado conjunto montañoso; y en el camino de subida de repente nos encontramos con una pared rocosa importante.

Quizás solo se nos ocurra la opción  A y tengamos que escalar la pared



Pero la persona resiliente es capaz de saber que puede haber otras soluciones; …como por ejemplo la opción  B




Es decir: uno de los principios básicos de comportamiento para lograr una personalidad resiliente es el siguiente
 


  

Finalizábamos el capítulo anterior con la siguiente frase. “…en el capítulo siguiente iremos profundizando en las características de las actitudes y personalidades resilientes, y en la aplicabilidad social de las mismas”.

Bien, en esta frase se encuentra uno de los conceptos clave de todo el Curso y que ya puse de manifiesto al hablar de las habilidades de la Inteligencia Emocional, y es el concepto de “Sociabilidad”. 

Y esta insistencia que tengo en llamar vuestra atención sobre este aspecto es porque una personalidad “resiliente”, no es tanto una personalidad “resistente” sino más bien una personalidad “adaptativa”; no “se resiste contra la realidad”, sino que adaptándose a ella la supera y en ese proceso alcanza un mayor crecimiento personal que….¡¡¡por encima de todo!!!, logra transmitir a su entorno.


En el siguiente cuadro muestro 10 características que adornan a una personalidad resiliente. 



Como observaréis, estas 10 características están subdivididas en tres grupos: En el primero se agrupan los valores o capacidades, “los potenciales”.  En el segundo grupo la característica imprescindible: “la no dependencia”. La persona resiliente encuentra su fortaleza, su constancia, su seguridad, en sí misma; no depende de los demás, ni se siente dominada por ellos. Y, finalmente, todas esas capacidades y esa seguridad e independencia las “trasciende” hacia los demás.

Este sentido trascendente socialmente de una personalidad resiliente ha quedado expresada de una bonita forma en esta imagen que para algunos constituye  “el árbol de la vida”



Si lo recorremos, encontramos en él “actitudes” sociales tan valiosas como la “paz”, en el sentido de persona pacífica, no agresiva; la “tolerancia”, la “esperanza”; el “respeto” a los demás; la “sencillez”; la “honestidad”; .etc…. es decir: un conjunto de actitudes ante la vida que permiten estar capacitado no sólo para superar las adversidades que se nos presenten, sino para posibilitar la comprensión, la equidad y la ayuda entre unos seres humanos y otros.


Como habituales en una personalidad resiliente, suelen señalarse los siguientes 20 tipos de comportamiento





Y en base a ellos se construyen las agrupaciones o “atributos” de una personalidad resiliente que veíamos en el cuadro anterior

1º.- Coherencia: Introspección y Honestidad:
Capacidad de autocrítica; de observarse a sí mismo y al entorno; hacer cuestionamientos profundos y dar respuestas honestas
2º.- Independencia: Objetividad y Libertad
Capacidad para valorar objetivamente los problemas y situaciones, sin dejarse influir por prejuicios propios ni por influencias de terceros
3º.- Sentido de la relación
Capacidad para generar, sostener y establecer relaciones de confianza y reciprocidad fuertes y de largo plazo
4º.- Creatividad e Iniciativa
Capacidad de autoexigirse y asumir la responsabilidad de sus decisiones; pero con capacidad de crear nuevos órdenes en medio de la confusión
4º.- Sentido creativo del Humor
Capacidad para afrontar las situaciones de crisis de forma lúdica y divertida, en una constante fuente de inspiración y creatividad
(Recordemos la película “La Vida es Bella”)
5º.- Sentido ético y moral
El sentido de su vida lo traslada al bien común, al colectivo que tenga próximo en cada momento. Los “suyos” son sus  “próximos” en cada situación y momento



Bien, creo que con estos dos capítulos hemos comprendido en qué consiste la personalidad resiliente y la diferencia que supone con las que denominamos técnicas de Coping o de afrontamiento.

Como tal “capacidad” es algo que se va adquiriendo paulatinamente; no es “un pensar cómo debo actuar” sino una “forma de ser”, y que trasciende a la propia persona generando un crecimiento personal colectivo a su alrededor.



Aunque en los talleres se trabaja mucho más a fondo todas estas cuestiones y técnicas de afrontamiento, en este Curso on line os voy a proponer simplemente el siguiente ejercicio:

A continuación tenéis una relación de 50 posibles estresores de vuestro equilibrio emocional, que os animo a que imprimáis en grande



1º.- La primera (y sencilla) parte del ejercicio consistiría en poner al lado de cada uno el “nivel” subjetivo de estrés que os causan, valorándolos de 0 a 5 según estos baremos:
0.- No me estresan en absoluto
1.- Me estresa raramente y poco
2.- Me estresa de vez en cuando
3.- Me estresa con gran facilidad
4.- Me estresa casi siempre y mucho
5.- Me hace perder el control

2º.- Una vez que habéis realizado esa clasificación sobre el cuadro tal cual, creáis seis grupos (del 0 al 5) con cada una de las situaciones estresantes a las que habéis dado cada puntuación

3º.- Y, finalmente, y a la espera de los nuevos capítulos del Curso, os centráis en los grupos 3, 4 y 5 y tratáis de “meditar” un poco sobre esos grupos que habéis hecho, sobre estas tres cuestiones:
a)    Realmente, ¿por qué me producen ese nivel de estrés?
b)   ¿qué suelo hacer cuando me encuentro en esas situaciones?
c)    ¿logro reducir el estrés de forma eficaz?


Pues con esta posibilidad de trabajo personal, hasta la próxima












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