BLOG COMPLEMENTARIO

4 jul 2015

3201.- RESILIENCIA.- CONCEPTO





La Tercera Parte del Curso, dedicada a la Autorregulación y Automotivación, tiene una segunda sección (32) en la que vamos a desarrollar el concepto de “RESILIENCIA” y, básicamente, como contrapunto al concepto de Coping que hemos ido viendo en la sección anterior.

Y para ello, vamos a pensar en la diferencia entre actos y actitudes. Los primeros son sucesos aislados, reacciones aisladas ante sucesos concretos. Las actitudes son conductas habituales, formas de ser, formas de comportamiento.

En la sección (31) anterior hablábamos de “técnicas de afrontamiento” ante sucesos o situaciones de alteración emocional. Estos sucesos o situaciones evidentemente pueden tener más o menos duración en el tiempo, y pueden repetirse de forma muy aleatoria o con asiduidad; pero en todo caso estaríamos hablando de una “reacción consciente y específica” ante ese hecho estresante.

Por el contrario, la “Resiliencia” implicaría una actitud habitual de sentimiento-comportamiento, e incluso más: de pensamiento, de forma de ver la vida. 

Recordad que este Curso está enfocado siempre a lograr esa “capacidad” de vivir de forma satisfactoria, que es a lo que denomino “Felicidad”

Veamos algunas “definiciones” concretas de Resiliencia dadas por los tratadistas de este tema:
Capacidad para  adaptarse adecuadamente a pesar de las circunstancias desafiantes o amenazantes

Una combinación de factores que permiten a un ser humano afrontar y superar los problemas y adversidades cotidianos de la vida 

La habilidad de luchar y madurar en un contexto cuando hay circunstancias adversas u obstáculos.

La capacidad para mantener de forma semi-automática un funcionamiento adaptativo de las funciones físicas y psicológicas en situaciones críticas.

La capacidad de responder y desarrollarse ante eventos vitales estresantes.

Capacidad humana para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas e incluso ser transformado positivamente por ellas. 

La  capacidad  de  una  persona  de  seguir  proyectándose  en  el  futuro,  a pesar los acontecimientos desestabilizadores, y/o de condiciones de vida difíciles y de traumas, a veces graves.

Como fácilmente podréis ver, las definiciones no son muy diferentes entre sí y se pueden deducir de ellas tres principios básicos conceptuales:
1º.-  Una capacidad (capacitación) para un comportamiento habitual
2º.-  Un semi-automatismo que no supone “esfuerzo extra” en cada ocasión
3º.- Un aprendizaje o crecimiento personal sobre la base del propio problema o situación de conflicto

Fotograma de la película “La Vida es Bella”

Aunque en el fotograma anterior me he referido a la dramática situación de un campo de concentración nazi (por las razones que luego veremos) como un punto referente para tratar este tema, no hace falta pensar siempre en situaciones tan extremas. Es cierto que en la mayoría de los tratados y artículos sobre este tema el término “Resiliencia” se aplica, o se utiliza, refiriéndose al vencimiento o superación de situaciones de gran adversidad. Pero, en mi opinión, el término de Resiliencia y las características de “una personalidad resiliente” pueden ser aplicadas a nuestro día a día, en el que  tenemos cientos de ejemplos válidos para comprender en qué consiste esta habilidad de gestión emocional”

Por ejemplo, el despertar de una familia media, sus desayunos y el desplazamiento de los niños al colegio y los padres a su trabajo. Esta situación habitual de cada día –si no se ha alcanzado un nivel adecuado de resiliencia- puede producir situaciones concretas de estrés muy  variadas; y unas veces por su singularidad, o por su especial importancia (niño que se despierta enfermo y vomitando; pinchazo del coche; nevada…) pueden requerir reacciones especiales (Coping); pero la situación habitual de estrés de todo lo que cada miembro de la familia tiene que hacer en esos minutos, requiere una “hábito” de resiliencia suficiente para que la tensión no sea insoportable cada día.

Otro ejemplo es el de cualquier trabajo a comisión en razón al número de visitas y ventas realizadas. Es evidente que la propia situación es por definición estresante; y es evidente también que las circunstancias de cada cliente visitado pueden provocar nuevas y diferentes alteraciones emocionales. Pero lo que es indudable es que para poder vivir de esta forma mes tras mes, o se adquieren unos hábitos mínimos de resiliencia o se acabará enfermo.

Y un tercer ejemplo podríamos tener en el personal de urgencias de un hospital, o del Samur, donde si bien cada caso puede tener una gravedad y suponer un grado de estrés diferente, ciertamente el personal que cada día esté a pié de quirófano debe tener un nivel mínimo de resiliencia para poder autorregular sus emociones de forma satisfactoria… sin una carga especial de esfuerzo en cada momento


Para dar un paso más en la comprensión de este concepto, voy a recordar la frase de M. Scott Peck (Psiquiatra y escritor americano) :

"La verdad es que, probablemente, nuestros mejores momentos se dan a partir de sentirnos profundamente incómodos, tristes o insatisfechos.
Porque sólo en esos momentos, impulsados por nuestro malestar, es probable que salgamos de nuestra rutina y empecemos a buscar diferentes caminos o respuestas verdaderas".

Aunque esta frase está en un contexto sobre el PTG (Crecimiento Post Traumático), es perfectamente aplicable al planteamiento que estoy haciendo en este momento, ya que en ella se encuentra, en mi opinión, el verdadero nexo de unión de esas facultades de la Inteligencia Emocional que dan nombre a esta Tercera Parte del Curso: la “Autorregulación y la Automotivación

El protagonista de la película “La Vida es Bella”  vivía con un único objetivo: que su hijo sobreviviera y que lo hiciera de forma feliz; y para ello hacía todo lo que fuera necesario para hacer creer a su hijo que estaban viviendo una aventura divertida. Él no tenía que “doblegar” su vida en cada momento para que pareciera otra cosa; él “había cambiado de vida”; su vida, su camino, su respuesta interior, esencialmente verdadera, era vivir con esa alegría “para su hijo”.



A lo largo de esta sección hablaré en más de una ocasión de Viktor Frankl, cuyo cautiverio en varios campos de concentración nazis, incluidos Auschwitz y Dachau, le sirvió para escribir su libro “El hombre en busca de sentido”, que es, sin duda, una de las bases más populares para comprender este concepto de Resiliencia y Automotivación, que podría sintetizarse en “el hombre que siente que su vida tiene sentido, tiene una razón de ser, podrá sobrevivir a cualquier situación por difícil que sea”



Por todo lo expuesto, me gusta sintetizar el concepto de Resiliencia con el  siguiente cuadro



Bien, iniciada esta sección, en el capítulo siguiente iremos profundizando en las características de las actitudes y personalidades resilientes, y en la aplicabilidad social de las mismas.







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