BLOG COMPLEMENTARIO

5 may 2015

3102.- NATURALEZA Y AMPLITUD DE LA AUTORREGULACIÓN EMOCIONAL



En este segundo capítulo dedicado a la Autorregulación Emocional (A.E.) vamos a dar un pequeño paso más, adelante, pero manteniéndonos en el plano teórico conceptual para comprender bien el principio fundamental que configura esta Sección 31.

Y voy a comenzar con unos breves comentarios sobre la escena de la película Ben-Hur que os citaba al final del capítulo anterior.

Esa escena se desarrolla en el campamento del sultán de Constantinopla, que estaba preparando su cuadriga para correr en las carreras del circo de Jerusalém. A su campamento llega, por casualidad Ben-Hur, y allí le encuentra Baltasar, que le acerca a ver la preparación de la cuadriga


Ben-Hur admira la belleza y potencia de los caballos; que inician una nueva vuelta al círculo de preparación. Pero cuando más parecían estar al tope de su perfección, Ben-Hur se da cuenta de lo que va a pasar…


..y le dice a Baltasar: “Observad, se van a salir del círculo…”
Cosa que sucede

Y cuando vuelve el sultán todo cabreado por lo que ha pasado y culpándole al auriga que llevaba los caballos, Baltasar le dice: “Este extranjero lo ha previsto antes de que sucediese” …

..Y Ben-Hur le explica: “Los caballos son magníficos; pero están mal utilizados: el más lento está colocado por la parte de fuera y el más rápido por dentro, con lo cual éste en vez de frenar a los demás los empuja hacia afuera”

Pues bien, con nuestros potenciales, con nuestras emociones y nuestros sentimientos pasa exactamente lo mismo. Cada uno de ellos tiene su finalidad y sus puntos fuertes y débiles; y todo ello hace de cada persona un magnífico potencial de satisfacción ….siempre y cuando seamos capaces de utilizarlos adecuadamente: No debemos anular ninguno de nuestros potenciales, debemos gestionarlos adecuadamente.



La segunda idea que deseo exponeros en este capítulo es que a partir de ahora, y por puras razones de eficiencia, me voy a ceñir (como casi todos los teóricos del tema) más a las situaciones de autorregulación y reconducción de los estados de malestar que de los de bienestar.

Esto es así, porque desgraciadamente el ser humano hoy en día vive y padece mucho más frecuente excesos de situación de malestar que le llevan incluso a graves estados de salud, que excesos de alegría y euforia….que también podrían causarnos situaciones no deseables. (Hipertimia)



Por ello es por lo que en los capítulos siguientes me referiré mucho más a situaciones de malestar e insatisfacción. No obstante, os voy a poner un par de simples ejemplos, nada más, para que comprendáis cómo la A.E. debe aplicarse también a las situaciones de exceso de alegría y euforia.

Por ejemplo, supongamos que estamos “eufóricos” porque nuestra pareja nos ha prometido un finde como siempre habíamos deseado y le habíamos pedido, acaban de subirnos el sueldo, y nuestro equipo de futbol acaba de ganar la champions; y vamos a una cena de unos conocidos y el ambiente, por razones que desconocemos, está rancio, triste, y hasta tenso. Y nosotros, que estamos como una moto, comenzamos a hacer bromas, a contar chistes que solo reímos nosotros mismos a carcajadas, …o incluso decimos que “esto parece un entierro, venga, a alegrarse todo el mundo, un poco de musiquilla y vamos a bailar”. En este caso, nuestra empatía se ha quedado en casa y estamos dejándonos llevar de un sentimiento de euforia muy probablemente no aconsejable y hasta posiblemente desagradable para los demás.

Otro ejemplo típico es el de las situaciones de riesgo y competitividad con coches, motos, saltos, inmersiones, ….o jarras de cerveza seguidas: Es decir: cuando nos sentimos con una “inmensa fuerza” y capacidad para hacer cualquier cosa, y ese sentimiento nos anula absolutamente la capacidad de razonar, ver y valorar, determinados posibles riesgos. 


Y, finalmente, otro ejemplo típico es la  actuación “descontrolada” ante el juego por tener un convencimiento interno  (patológico) de que “estoy de suerte y he de aprovechar la racha”  (¡¡Locus de Control!!)





¡¡Estamos fenomenal, nos comemos el mundo, nos sentimos inmensamente felices….!!, pero realmente no estamos actuando de una forma emocionalmente inteligente. No estamos regulando nuestras emociones y sentimientos. 

En este  “límite” del ser consciente en la autorregulación, y refiriéndome al ejemplo anterior de la euforia en el deporte, quiero contaros el caso de un joven (17-18 años) que cada vez que hacía deporte (una carrera de atletismo, salto de longitud, o un partido de futbol), se tomaba una copita de Cointreau porque estaba convencido que con esa copita desaparecía de su pensamiento la limitación del miedo, la limitación del “no puedo”.

Siempre que he tratado en grupo este ejemplo han surgido fáciles opiniones en uno y otros sentido; pero cuanto más he comprendido la individualidad de cada persona, más he comprendido también que las herramientas de autorregulación pueden ser diametralmente opuestas de unos a otros. Pero, en cualquier caso, no olvidemos que la A.E. también debemos aplicarla a los desajustes emocionales de carácter positivo.



Bien, pues tras esta introducción doble, sigamos avanzando

Recordemos la definición de A.E. que vimos en el capítulo anterior

¿Cómo trasladaríamos este planteamiento conceptual a uno operativo, hacia nosotros mismos?. Pues en mi opinión, de acuerdo con estos parámetros:

 

Como ya he comentado en alguna ocasión anterior, estás pautas que aquí expongo hemos de admitirlas como “materia de explicación o aprendizaje”, pues se trata de un “curso”, pero lo importante es que seamos capaces de contemplarlas como una forma automática de ser, de comportarnos. Es como si escribiésemos detalladamente las acciones que hay que hacer para conducir un coche: pedales, motor, palanca de cambio, retrovisor, intermitente, etc….; en realidad acabamos conduciendo de una forma semiautomática con todo ese conjunto sin estar preocupándonos de qué tenemos que hacer con cada uno de ellos y en qué orden y grado. Aquí, lo mismo: iremos aprendiendo paso a paso, pero hemos de lograr “aprehenderlo” como un conjunto de acción de comportamiento


En los talleres de este Curso, ofrezco a los participantes una serie de imágenes sobre las que deben “sentir”  las emociones que les producen. Por ejemplo aquí os pongo unas pocas




Y les pido que en base a los recuerdos emocionales que hayan podido surgirles en su interior en base a esas imágenes, traten de rellenar una  pequeña ficha cuya imagen es la siguiente

Como podéis observar en esta ficha (que muy bien podéis realizar vosotros en casa), lo que se trata es que cada uno, antes de avanzar y profundizar en la teoría, vivencie esos conceptos, o elementos que veremos son los que nos van a permitir dominar las técnicas de la A.E.



Así que suponiendo que cada uno de vosotros ha hecho el ejercicio  seguiremos adelante, adentrándonos en los elementos, factores, parámetros, recursos y estrategias de la A.E., y que podemos sintetizar gráficamente con el siguiente cuadro


En la que se encuentran esos 5 elementos o factores básicos (A a E) determinantes de los estados de alteración emocional y de las aplicaciones de autorregulación pertinentes. Esta aplicación se realiza mediante las “Estrategias” de A.E., que son el COPING y la RESILIENCIA, a las que nos referiremos a partir del próximo capítulo.


Ahora, para acabar éste, os hago una pregunta: ¿Qué creéis que significa ese punto de interrogación que hay a la derecha de la llave comprensiva de los 5 factores o elementos determinantes?. 

Pues indica que en los talleres físicos suelo preguntar a los participantes cuál creen ellos que es el factor más importante de los 5 en la gestión de la A.E. ¿Cuál creéis vosotros?....

Pues sí, la tercera: la “atribución de responsabilidad”, o “locus de control”



Lo iremos viendo más tarde; pero es la idea fundamental que debéis asumir de este capítulo: “sólo si asumimos que la recuperación de nuestro bienestar depende de nosotros, encontraremos el camino de la continuidad de ese estado de bienestar al que consideramos ser felices, o vivir felizmente”. (Ver-ampliar imagen inicial del artículo)

Así pues, en los capítulos restantes de esta Sección 31 iremos profundizando en cada uno de esos 5 factores, y en cada una de las dos Estrategias de autorregulación
















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